HIGADO II
Técnicas de limpieza
Por lo visto, resulta prioritario atender las necesidades
depurativas del hígado, especialmente en primavera, época clave para este
órgano, según los postulados de la antigua medicina china y la simple
observación de las crisis que todos sufrimos en dicho período. Transcurrido el
invierno, el hígado intenta desembarazarse de todos los excesos acumulados en la
época de consumo de alimentos densos y calóricos. Por ello la necesidad de estar
atentos y estimular los mecanismos de evacuación, mediante técnicas caseras.
Si bien pasaremos revista a varios procedimientos depurativos,
quién nunca haya hecho nada por su hígado, deberá considerar
prioritariamente el método profundo, cuyo poder de eliminación es
inigualable.
Luego hay técnicas más “blandas” como el enema de café o la
ingesta de aceite de oliva, que bien pueden usarse para mantenimiento o
en casos donde no pueda realizarse el método profundo (inmovilidad, embarazo,
lactancia, infancia, etc), nunca deben compararse a la limpieza profunda,
a la hora de resolver la toxemia crónica.
LIMPIEZA HEPÁTICA PROFUNDA
En presencia (o sospecha, ya que nadie está libre de ellos) de
abundantes cálculos intra hepáticos, seguramente deberemos recurrir a un
método de depuración enérgico. Es el caso del método de limpieza
hepática profunda, una técnica eficaz y relativamente sencilla para eliminar
íntegramente los nocivos cálculos biliares que describimos antes. Dada la
inocuidad del método y sus grandes beneficios, no tiene mayor sentido plantearse
dudas respecto a la conveniencia de practicarla, ni dilatar la práctica, a la
espera de un momento ideal.
El procedimiento se basa en un período preparatorio (6
días), durante el cual se ingiere diariamente al menos un kilo y medio de
manzanas. Esto se realiza para generar un ablandamiento de los cálculos,
por acción del ácido málico presente en la manzana. Luego, durante los
dos días de la limpieza se toman 4 vasos de solución magnésica (sulfato
de magnesio). El efecto del magnesio es dilatar los diminutos conductos
biliares, a fin de facilitar el tránsito de los cálculos reblandecidos por
la acción de las manzanas. Finalmente se ingiere una emulsión de aceite de
oliva y jugo de pomelo, lo cual provoca un fuerte estímulo de
secreción biliar, lo cual activa la expulsión de los cálculos.
Antes y después de la limpieza hepática profunda, es
necesario realizar una cuidada limpieza de los intestinos, a fin de
evitar el estancamiento de los tóxicos cálculos biliares en el tránsito
intestinal, lo cual generaría una peligrosa reabsorción de la materia tóxica
expulsada (parásitos, virus, materia putrefacta) a través de la mucosa
intestinal. Además de migrañas y nauseas, podrían generarse cuadros de
pancreatitis o apendicitis. Lo ideal es hacer antes de la primera hepática
profunda, un lavaje colónico completo (3 sesiones) y luego una
limpieza con agua salada (o una sesión simple de colónica), a modo de “enjuague
intestinal”. En las sucesivas hepáticas y según se lleve a cabo una
alimentación fisiológica (solo frutas, hortalizas y semillas) puede
prescindirse del lavaje colónico previo y limitarse al “enjuague” posterior
(agua salada, sesión simple de colónica, etc).
La técnica no es aconsejable para ser realizada en
medio de enfermedades agudas (gripes, fiebres, diarreas, etc), período
menstrual, embarazo o lactancia. En cambio resulta
sumamente aconsejable en enfermedades crónicas, al resolver la causa
profunda del problema.
Dependiendo de la congestión presente en cada persona, suelen
ser necesarias varias sesiones de este método, entre las cuales debemos
dejar al menos un mes de intervalo. La ausencia de cálculos en las
evacuaciones es la señal que hemos concluido el proceso satisfactoriamente.
Una vez ultimada la serie completa de limpieza hepática profunda, y
dependiendo de los hábitos higiénico/alimentarios de la persona, se sugiere
realizar una limpieza anual como mantenimiento preventivo,
preferentemente en coincidencia con el equinoccio de primavera (21 de
setiembre).
LIMPIEZA CON ACEITE DE OLIVA
Otra popular y antigua técnica que permite remover y expulsar
los residuos tóxicos del hígado, aunque con menor eficiencia frente a colapsos
crónicos, es la antiquísima cura de aceite de oliva. Consiste en ingerir
durante al menos 15 días seguidos, dos cucharadas de aceite extra
virgen en ayunas. Es conveniente adicionar unas gotas de jugo de limón al
aceite de oliva, a fin de facilitar su asimilación.
Durante estas dos semanas, se sugiere comer liviano y frugal,
acompañando con infusiones de hierbas hepáticas. En caso de presencia de
cálculos vesiculares y/o molestias, se recomienda utilizar una sola cucharada
diaria, a fin de disminuir la intensidad de los movimientos.
Pobladores de zonas productoras de olivo, suelen sostener
durante todo el año el hábito de iniciar la jornada tomando una cucharada
de aceite de oliva. Es ideal acompañar esta costumbre con la ingesta de
manzanas o jugo de esta fruta, lo cual garantiza el ablandamiento de los
cálculos y evita el riesgo de cólicos a causa de su desplazamiento por los
estrechos conductos biliares.
Aunque no tan efectiva como la limpieza profunda, este método
es adecuado como mantenimiento preventivo o en casos de imposibilidad de
realizar el método antes descrito (embarazadas, lactancia, niños, etc). También
ayuda en la lubrificación intestinal
ENEMA DE CAFÉ
Otro procedimiento casero que ayuda a la desintoxicación
hepática, por su enérgica acción colerética, es el enema de café. Una
sustancia presente en el café, el ácido palmítico, estimula
espectacularmente la producción de una benéfica enzima (glutatión
s-transferasa), lo cual se suma a otros principios activos del café respecto a
la depuración del hígado.
• Resumidamente podemos decir que esta práctica:
• estimula la actividad y la regeneración celular
• mejora el equilibrio sodio/potasio en las células
• capta radicales libres
• incrementa el flujo biliar
• dilata los vasos sanguíneos y los conductos biliares
• relaja la musculatura
• elimina toxinas cerosas de la sangre
• elimina parásitos (áscaris)
• alivia depresión, tensión nerviosa, alergias y dolores
El enema de café se prepara con 2 cucharadas soperas de café
en grano recién molido y un tercio de litro de agua. Se lleva a hervor, como si
fuese una infusión para beber, se deja reposar unos minutos y se vuelve a
hervir, se cuela bien y se aplica con una pera de goma de 300cc, lubricando la
cánula con aceite para evitar irritaciones. La infusión se retiene durante
10/15 minutos y luego se evacua normalmente.
Dado que en pocos minutos toda la sangre del cuerpo pasa por
el hígado, esta práctica equivale a una diálisis de nuestro fluido
sanguíneo. Los enemas de café mejoran la tensión nerviosa, la depresión, las
alergias, las parasitosis y los dolores agudos. El Dr. Max Gerson, y ahora su
Instituto, utiliza y recomienda esta técnica en enfermedades crónicas
degenerativas, como la esclerosis múltiple.
Extraído del libro "Cuerpo Saludable" de Nestor Palmetti.
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